El presente artículo intenta reflexionar sobre qué es lo que sucede con aquellos profesores de piano, pianistas y con los usuarios del piano en general, cuyos instrumentos se encuentran en un estado de afinación tan deplorable. ¿A qué se debe esta aceptación de una afinación tan paupérrima en un instrumento tan excelso como lo es el piano?
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La enfermedad de la «Desafinitis»
El motivo de esta reflexión es producto de algunas experiencias personales que hemos tenido en el último tiempo y que seguramente sean compartidas por varios de nuestros lectores. En una de nuestras últimas visitas a un reconocido profesor de piano que brinda clases en nuestra ciudad y que posee muchos alumnos, nos hemos encontrado con que su piano, el instrumento con el que brinda las clases, no estaba un poco desafinado sino que tenía un estado de afinación realmente deplorable. No se podía tocar en él ni una pieza de entrecasa. Sin embargo, lo que más nos llamó la atención y nos sigue alarmando, no fue este hecho en sí mismo sino la indiferencia con que este profesor tomaba este asunto. Ni si quiera sabía que su piano estaba desafinado y lo más decepcionante aún es que ni se preocupaba por saberlo.
Frente a esto no podemos dejar de preguntarnos ¿Qué es lo que sucede con los profesores de pianos, usuarios o pianistas que son indiferentes ante la decadencia que produce un estado calamitoso en la afinación de este instrumento?
Es importante destacar que si bien la actividad docente de cualquier profesor de piano puede ser excelente, sin duda quedará opacada en gran medida por un pésimo estado de la afinación del piano con que da sus clases. Aún no logramos comprender cómo es posible que luego de largos años y gran cantidad de horas dedicadas a ser buenos docentes o pianistas dejen que el descuido en la afinación del instrumento que utilizan opaque su labor. Sin duda estos músicos han estudiado de 8 a 10 horas diarias durante toda su formación, pero es cien por ciento seguro que al momento de volcar toda esa maravilla de estudios sobre un instrumento con un estado paupérrimo de afinación o caído de tono, todo su trabajo está siendo tirado prácticamente a la basura.
Creemos que debemos preguntarnos y reflexionar sobre qué es lo que sucede con los pianistas o profesores de piano que trabajan con pianos completamente desafinados y caídos de tono. Esto es lo que nos ha motivado a escribir este artículo.
¿Qué sucede con quienes aceptan tal decadencia en la afinación de un piano?
Ciertamente este planteo sería impensable en cualquier otro instrumentista, un guitarrista o un violinista; ellos inmediatamente están afinando una cuerda al oír que suena desafinada en pos de la incansable búsqueda de un sonido perfecto. Parece que esta sensibilidad por la belleza y la perfección de la afinación se ha perdido en el mundo de los pianistas y profesores de piano.
Una objeción muy común por parte de estos músicos suele ser “no podemos afinar un piano de la misma manera y con la misma velocidad que un guitarrista afina su instrumento”. Frente a ello nosotros respondemos que sin duda esto es parte del problema, pero es una tarea que, a nuestro modo de ver, nunca debiera haberse delegado en la figura del afinador profesional de pianos. Si es asiduo de la lectura de nuestros artículos, seguramente ya sabe que nosotros abogamos por que cada pianista, cada profesor de piano o aficionado a él aprenda a afinar su propio instrumento. Obviamente este es un aprendizaje que requiere dedicación y tiempo de estudio razonable pero bajo ningún punto de vista resulta una tarea titánica e imposible de realizar. La afinación de pianos es un arte que se aprende con una técnica sencilla y en un periodo que puede ir de seis a diez meses si puede aplicarse a ello de manera semanal de cuatro o cinco horas.
Nosotros abogamos por que cada pianista, cada profesor de piano o aficionado a él aprenda a afinar su propio instrumento.
La pregunta que resta por hacernos es entonces: ¿por qué no tomar ese camino, el del aprendizaje de afinación de pianos, para compensar el gran trabajo y dedicación que es puesta en la tarea de todo profesor a pianista?
Es imperativo tomar conciencia respecto de este tema para devolverle al piano su lugar, que nunca debería haber perdido, como rey de los instrumentos musicales. Y en nuestras manos está el lograrlo. Ciertamente no debemos creer de forma ingenua que la pérdida de ese lugar principal fue a causa del mismo instrumento. A nuestro modo de ver, el piano fue perdiendo este lugar principalmente porque el noventa por ciento de los lugares donde uno va a escuchar un concierto de piano acústico suelen estar desafinados. En otros artículos hemos llamado a esa actitud “desafinitis”, una enfermedad típica de pianistas y profesores, de usar instrumentos desafinados o caídos de tono y hacer como si nada pasara. Dada la creciente cantidad de músicos con “desafinitis” no podemos dejar de preguntarnos qué ocurre que nos hemos acostumbrado a convivir con esta grave enfermedad para el ambiente musical.
Sin embargo, pese al espantoso panorama estamos firmemente convencidos de que existe una solución. Todos los usuarios del piano, desde quienes tocan el piano por gusto personal hasta, por supuesto, profesores y pianistas tienen que aprender a afinar su propio instrumento. La Escuela de Tecnología Pianística de Buenos Aires es especialista en enseñar a afinar pianos mediante cursos a distancia y presenciales. La ventaja de estos cursos es que por ser telepresenciales, sin importar la distancia a la que se encuentre o el país en donde viva, podrá tener un tutor al lado suyo a través de tele-tutorías, como si realmente estuviera tomando el curso en su modalidad presencial. Por supuesto, como hemos mencionado anteriormente, esta actividad requerirá una inversión en tiempo y dinero, pero ¿Qué actividad que vale la pena en la vida no tiene estas características? ¿Realmente está dispuesto a dejar que la calidad que usted tiene como pianista o profesor se vea opacada por la pésima afinación de su instrumento? Al aprender a afinar su propio instrumento los dos elementos de su trabajo, tanto el piano como su formación académica trabajarán en forma conjunta y harán brillar su trabajo profesional. Indudablemente sus aptitudes como profesor se van a ver plasmadas de un modo elevado en un instrumento que esté a la altura de su formación.
Cierto, los profesores y pianistas profesionales, deberían de afinar su propio instrumento.
Tal cual Jesús, es realmente lamentable de ver lo paupérrimo del estados de los instrumentos que se usan, tanto para dar clases de pianos como para conciertos y presenciones. Eso habla ciertamente muy mal del pianista o del profesor y una buena solución para ello es, creemos, que cada usuario de piano aprenda a afinar su propio instrumento. Saludos.
Así es Alberto, la afinación es importantísima para que suene lo mejor posible. Esperamos contarlo a la brevedad entre nuestros alumnos.
Atentamente, Prof. Hugo Landolfi