Un niño ruso de tan sólo tres años de edad está haciendo estragos en el mundo de la música con su increíble habilidad en la batería. Lyonya Shilovsky de Novosibirsk, Rusia deslumbró al mundo frente a la pantalla de televisión este año cuando apareció en el programa de talentos ruso llamado Minuto de Fama y hoy en día un nuevo video suyo se ha viralizado en todas las redes sociales causando sensación. En el video se puede ver al talentoso niño dirigiendo una orquesta de músicos adultos a lo largo de un aria de Orfeo en los infiernos de Jacques Offenbach, comúnmente conocida como el Can-Can.
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¿Músico se nace o se hace?
Al enterarnos de casos como estos suele resurgir el debate en torno a la siguiente pregunta: ¿Músico se nace o se hace? Evidentemente Lyonya tiene ciertas habilidades especiales que no son comúnmente observables en otros niños de su edad. El idioma alemán e inglés tiene para estos casos de niños prodigio un término muy particular “wunderkind” que significa niño milagro. Sin lugar a dudas este niño es un milagro o más bien un misterio, pues en él han confluido una serie muy particular de factores sociales, culturales y biológicos que lo han ido formando a lo largo de sus tres años para convertirlo en lo que es: un niño increíblemente habilidoso en la batería. Seguramente uno de los factores más influyentes en el pequeño ha sido su familia. Un niño con tal habilidad a esa edad difícilmente hubiera alcanzado un reconocimiento a nivel mundial de haber nacido en una familia en donde la música no fuera parte de sus vidas o donde sus padres no lo estimularan a desarrollar esa capacidad que seguramente vieron en él desde un principio.
En torno a este tema, un reconocido profesor de violín y pedagogo, desarrollador de un innovador método de enseñanza musical que lleva su nombre, Shinichi Suzuki, solía decir que todos los niños pueden aprender a tocar un instrumento musical con un alto nivel pues el talento no es innato y por lo tanto puede ser educado. Esto es realmente significativo puesto que los niños que han aprendido a través de este método han desarrollado habilidades musicales impresionantes también desde edades muy tempranas. Y aún es más sorprendente sabiendo que Suzuki no elaboró su método para entrenar a músicos profesionales sino para ayudar a los niños a desarrollar sus capacidades como seres humanos.
Cuando se habla de educación musical para niños en edad pre-escolar es muy común incurrir en el error de asociarla con el intento de reproducir la biografía de algunos maestros de la música que comenzaron a ejecutar instrumentos en forma muy precoz. Esta idea olvida que la música es mucho más que tocar con virtuosismo un instrumento. Lo que queremos decir con esto es que los padres no deben olvidar que por más educación musical temprana que ofrezcan a sus hijos esto no los convertirá en niños prodigio. Evidentemente, como seres culturales y biológicos que somos, la respuesta a este misterio cabalga entre ambas puntas: algunos, pocos, nacen con cierta predisposición casi natural a ejercer ciertas actividades, como lo es en el caso de Lyonya con la batería, o Mozart en el piano y el violín; mientras que otros, probablemente la gran mayoría, podremos llegar sin duda alguna a desarrollar las mismas habilidades pero a lo largo de un extenso proceso de aprendizaje. Y he allí el gran problema de muchos: el tiempo que debe dedicarse a algo para aprenderlo.
¿La práctica hace a los niños genios?
Es la preocupación de muchos padres el que sus hijos no practican lo suficiente. Sin embargo, es una realidad propia de la edad que chicos tengan dificultades para sentarse por un buen rato a hacer cualquier tarea en la que no estén entusiasmados. Esto se da así incluso en el aprendizaje de cosas nuevas, como el tocar un instrumento. Uno de los principios fundamentales que ha propuesto el Dr. Suzuki es la importancia de que los padres asuman un rol activo en la educación musical de sus hijos tanto en las clases o prácticas como en el acompañamiento del aprendizaje.
4 consejos para estimular la práctica musical de su hijo
Con el propósito de ayudarlos a participar en forma más activa y, sin intención de proponerles una fórmula matemática, le ofrecemos a continuación cuatro modestos tips para aquellos padres que deseen fomentar una mayor práctica del instrumento por parte de sus hijos. Éstos le ayudarán en la formación de hábitos de estudio y el desarrollo del placer por la práctica. Es importante aclarar además que debe ser acompañado de las indicaciones que el profesor del instrumento considere apropiadas para cada niño.
1) En primer lugar tome consciencia de que lo que usted está haciendo con su hijo en relación con la práctica del instrumento es algo que podrá llevar a otras áreas de su vida. Incluso si lo único que puede hacer es pasar poco tiempo dibujando cómo tocar un instrumento esto puede ayudarlo a mejorar otras cosas, usted está plantando la semilla que lo ayudará a querer pasar más tiempo aprendiendo y menos “jugando por ahí”.
2) En segundo lugar establezca una meta específica para cada sesión de práctica. Esto es importante para ayudar al niño a que se dé cuenta de que lo que está haciendo en el proceso diario de aprendizaje tiene beneficios concretos, esto se verá reforzado además si lo recompensa cuando alcance la meta establecida para cada lección. Es importante aclarar que la meta no tiene que ser grande, sino que necesita ser algo alcanzable de modo tal que cuando el niño la complete le dará satisfacción y lo movilizará a querer alcanzar la meta de la próxima sesión.
3) Ser específico acerca de cuánto tiempo durará la sesión de práctica es muy importante. Con un estudiante que recién está iniciando no siempre resultan beneficiosos largos períodos de práctica aún aunque parezca que el niño sea capaz de resistirlo. En el aprendizaje de muchas actividades como aprender a manejar o andar en bicicleta lo importante no es la práctica durante largos periodos de tiempo sino que sea constante a lo largo de las semanas y los meses. Lo mismo ocurre con el aprendizaje de un instrumento, proponerle al niño un tiempo de práctica de entre 10 y 15 minutos dentro de los cuales puedan focalizar por completo su atención y sus energías en hacer solamente una cosa brinda excelentes resultados.
4) Finalmente y no por eso menos importante todo padre debe tener en cuenta que es esencial respetar los gustos de su hijo y no transferirle los propios deseos. Pues en ese caso, su formación musical dejará de ser una experiencia placentera y se convertirá más bien en una obligación tediosa. Y finalmente, como reza el dicho: la práctica hace al maestro, no sólo para los músicos sino también para todo padre que desee fomentar en sus niños hábitos sencillos de estudio y de práctica de un instrumento.